Ayer vi Calle Santa Fe, documental que relata la historia de MIR (Movimiento Izquierda Revolucionario), y particularmente la historia de su máximo líder, Miguel Enriquez, asesinado por la dictadura chilena en el patio de su casa, mientras su esposa se desangraba perdiendo a su hijo, luego de un certero golpe de bayoneta.
Miguel Enriquez paso a la historia como uno de los más inteligentes dirigentes de movimientos sociales en el Chile de los 70', el movimiento revolucionario que no se oponía al gobierno democrático de Salvador Allende, sino que, por el contrario, su acción estaba legitimada desde la organización popular y obrera.
Si bien ahora es mucho mas fácil obtener imágenes e información de todo lo ocurrido en una de las dictaduras mas crudas de Latinoamerica, ayer observaba a mi país, a este Santiago que me ha vuelto a conquistar, que me entrega mas amabilidades que desagrados, y que sin embargo, todo el mundo rechaza...
Este Santiago, hace 30 años era otro... solo en un submundo se podía encontrar una resistencia vital, que simplemente desde los ideales de lucha, mantuvo en la clandestinidad a todo aquello que hoy hemos olvidado.
Reflexiono sobre la memoria y los tiempos, sobre las generaciones que hoy tienen 30 años y menos... sobre mi generacion veinteañera...
Me subo a la micro, que me acerca al metro, la detienen los pacos y se suben a fiscalizar que todos hemos pagado nuestro pasaje... ver a un paco a nadie le causa desagrado, todos lo aceptamos... hace 30 años, los vestidos de verde asesinaron a los hermanos Vergara Toledo, dirigentes miristas de la Villa Francia, cuando tenían mi edad, los mataron por la espalda un 29 de marzo. Ahora cada 29 de marzo, el día del Joven Combatiente, se sale a la calle y se enfrenta con barricadas y piedras a los asesinos. Sin embargo, todo pierde sentido... olvidamos, olvidamos... y peor aun: el gobierno olvida.
Ahora cada 29 de marzo, o cada 11 de septiembre, al salir a la calle, a conmemorar o simplemente a gritar que aquellos muertos y desaparecidos están presentes, el gobierno, con una presidenta detenida, con amigos torturados, olvida, y tiene a su joven de ojos verdes, aquel hijo de puta subsecretario de interior que juega con sus soldados de plomo a llenar Santiago de gente vestida de verde, y que repriman a como de lugar, porque alteramos el orden publico. Y asi es como esta ciudad se ve a simple viste como una maqueta.
En esta misma biblioteca, hace no mas de un mes entraron los pacos sin pudores, sólo porque los jóvenes manifestamos nuestro rechazo al sistema electoral, porque en Chile más de dos millones de jóvenes no están inscritos para votar, y por lo tanto, la política en Chile se mueve igual hace 15 años y va a seguir igual. Para quienes piensen que en Chile somos muy progres porque elegimos a una Presidenta, se equivocan, los que la eligieron son los mismos que votaron NO cuando había que sacar a Pinochet del poder, y que nos criaron con temor, pensando siempre en no arriesgarse, en el mal menor. El mal menor es Bachelet, y ahora, probablemente sea Piñera, o Farkas, o Insulza, o Lagos... en realidad... da lo mismo... Seguiremos olvidando...
Hace un par de días estuvo de cumpleaños Patricio Alwin, el presidente de la transición, el que vino justo después de Pinochet... celebraron sus 90 años en no se que estadio caro del barrio alto, todos vestidos con los mejores diseños, todos dándose codazos para aparecer en pantalla... hace 30 años todos ellos pasaban hambre e incertidumbre, todos ellos corrían peligro, todos ellos fueron reprimidos... y hoy olvidan... y nos reprimen...
¿Qué nos espera a esos mas de dos millones de jóvenes? Mmmm... no mucho. Pagar las deudas de un sistema educacional carisimo, donde nuestras carreras, que en ningún caso aseguran calidad, se pagan como si fueran doctorados en Harvard, donde todos lleguemos a ser profesionales, porque en Chile si que es fácil estudiar algo, basta con pagar y listo. Donde justamente quienes nos gobiernan estudiaron gratis, aquí y en el extranjero, y hoy lo han privatizado todo. Luego de eso, seguir en el camino de competitividad laboral, seguir estudiando magisteres desechables e inventados... ganar plata, tener auto, el mejor celular, casa propia... carretiar, tomar pisco, ron y drogas varias... y no tener hijos... aunque siempre pasa algo por ahí.
Así yo observo a mis pares que se bajan en la estación República del metro, donde están concentradas la mayoría de los institutos y universidades privadas... y donde ahí mismo, en ese barrio, se encuentra un ex centro de tortura, pero nadie de lo sabe, los jóvenes de Chile olvidaron... los criaron sin memoria.
Aquí en la USACH (Unversida de Santiago de Chile), ex UTE (Universidad Técnica del Estado), algo de memoria queda, esta es la universidad donde Víctor Jara trabajó, donde en la entrada hay un memorial a los mas de 40 estudiantes asesinados y desaparecidos en dictadura, donde los hermanos Vergara trabajaron, y donde la lucha si tenia un sentido, porque es una universidad de clase. Algo queda, algo queda en los pasillos de la Facultad de Humanidades, en los pastos que nos albergan a soñar echando humo cada tarde, en los bares (como el de la foto) que nos permiten construir el submundo como queremos, para sobrevivir paralelo a la voragine capitalista de este Chile que olvida y que seguirá olvidando...
